miércoles


Creemos que vivir la llamada a la santidad según el plan de Dios, exige redescubrirnos y reconocernos personalmente en el mismo corazón amoroso de Dios, según el Espíritu Santo, que es quien guía nuestra vida en el camino de la Verdad, amándonos como Él nos ama y sabiéndonos edificado “para ser su morada”(Ef.2,22).


Hacemos experiencia de fe y esperanza en el ámbito de la Renovación Carismatica Católica en el Espíritu porque encontramos en ella medios que nos ayudan eficazmente para vivir con más plenitud el cristianismo catolico.


Como miembros del pueblo de Dios, debemos ser coherentes con la fe recibida en la Iglesia, y al oír la llamada del Señor desde cada una de nuestros compromisos y responsabilidades en la sociedad y en la Iglesia, según nuestro estado de vida queremos ayudarnos a responder como Samuel: “Habla Señor que tu siervo escucha” (1 Sam.3,9) y como Isaías: “Envíame a mi”(Is.6,9.), y tanto individualmente como unidos en fraternidad dar testimonio de la experiencia de conocer a de Jesucristo vivo y reconocerlo presente en medio de la Iglesia y la sociedad. En la perspectiva evangélica el verdadero poder y autoridad es el de Jesús crucificado, quien “no vino ser servido sino a servir”, (Mt.20, 28) y quien nos enseña a amar hasta dar la vida. Este es el mayor servicio hecho a la humanidad…esto es camino de perfección y santidad, muchas veces difícil de aprender y de recorrer; pero que nos lleva sin duda alguna al Padre.


Para esto hará falta dejarnos “conducir al desierto por el espíritu” (Mt.4, 1) y ayudarnos unos a otros a ser cada vez más fieles a la vocación a la santidad y a la perfección a la que estamos llamados tanto individual como comunitariamente.