sábado

Pascua, ¡celebrando nuestra liberación!

«...Dios no hace alianzas con esclavos, por eso envió a Moisés a liberar al pueblo hebreo... este pueblo fue conducido al Horeb, al Monte Sinaí para sellar una nueva alianza... fue entonces cuando en verdad nacieron como Pueblo de Dios... el pueblo de hombres y mujeres libres nacidos de la Pascua» (Abraham Chams)

Abraham Chams, predicador católico, cirujano pedriata de profesión, fue nuestro invitado a la pasada asamblea de nuestra comunidad. Con el fin de preparanos adecuadamente para las próximas fiestas de Pascua, Abraham predicó sobre el sentido liberador de esta gran celebración y su actualidad en el «hoy» de nuestra historia personal y comunitaria.
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Dentro de lo mucho que compartió con los más de 30 hermanos que asistieron, su mensaje central fue una invitación clara a redescubrir la riqueza de la Pascua como encuentro personal con Jesucristo Vivo, vencedor del pecado y la muerte. Para ello, abordó inicialmente los origenes de esta fiesta en el pueblo de la primera alianza, el pueblo judio, y luego expuso ampliamente el sentido y la importancia de la Pascua como celebración de la Pasión, Muerte y Resurreción de Jesucristo.
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«¡Dios mío, he resucitado y estoy otra vez Contigo! Dormía y estaba tumbado como un muerto en la noche. Dios dijo: Hágase la luz y me he despertado ¡Como se lanza un grito! ¡He resucitado y me he despertado, estoy en pié y comienzo el día que empieza! Padre mío que me has creado antes de la aurora, me pongo en Tu presencia, Mi corazón está libre y mi boca es clara, el cuerpo y el espíritu están en ayuno. Estoy absuelto de todos mis pecados Que he confesado uno por uno. El anillo nupcial está en mi dedo y mi rostro está limpio. Soy como un ser inocente en la gracia Que me has concedido» (hermoso poema de Paul Claudel, sobre el sentido liberador de la Pascua: Cuando el cristiano se encuentra con Cristo, todo en él es transformado, Dios le restituye en su dignidad y hace posbile que en él renazca la belleza original que el pecado le había arrebatado)
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SU MUERTE DIO MUERTE A NUESTRA MUERTE. SU VIDA DIO VIDA A NUESTRA VIDA, POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL, HEMOS MUERTO Y HEMOS RESUCITADO EN LA LUMINOSA NOCHE DE LA PASCUA (Rvch)